Una vez, su alma se partió en luz y sombra, y desde entonces vive entre mundos.
El carnaval eterno junto a su palacio es una celebración de sueños y pesadillas.

Dicen que si vagas por allí a medianoche, quizá veas a la propia Mélantra frente a una gran caja de música.
La hace girar y comienza la danza de las almas perdidas.

Algunos susurran que uno de los danzantes se parece mucho a ti… solo un poco alterado, como si lo hubiese moldeado un sueño que no recuerdas.
Y por la mañana encuentras un único caramelo en el bolsillo, envuelto con su emblema.